Me desperté a las 4:20 de la mañana. Finalmente había llegado el día por el que había luchado con todo mi ser. Aunque intenté dormir un poco más se me hizo imposible, por lo que esperé acostado en mi cama los minutos que faltaban para las 5 sintiendo interminables cosquilleos en el estómago.
Cuando me di cuenta de que ya no podía hacer más pereza, me levanté y me bañe. Salí y cuando entraba al cuerto mi hermano despertaba, pese a lo dormido que estaba me sonrió y el prosiguió a bañarse, mientras yo me acomodaba en mi camisa de Iron Maiden y arreglaba el cuarto, con Radioactiva sintonizada en todo momento y escuchando con atención todo lo que se decía del concierto que se avecinaba.
Poco más puedo decir de la salida, desayuné como todos los días lo mismo de todos los días, fui a la casa de mi prima a recoger el colgante para el celular y mientras tanto su fue mi hermano, por lo que no pude ver a la gente de la ruta y sonreirles, diciendo con la sonrisa todo lo que sentía.
Después me encontré con Henry (Arael para algunos) y nos subimos en el taxi del papá de él. Nos llevaron a Davivienda de la Campiña donde esperamos a Lufo durante cinco mintos que parecieron quince. Después llamamos a Germán y nos decía que iba tarde y que siguieramos nosotros. Le tocó llegar solo al Simón Bolívar, pero aún así lo encontramos.
En el puente del Salitre Mágico nos encontramos con Felipe, el último miembro del parche, luego nos encaminamos al Parque, y quedamos impresionados por la fila tan inmensa que presenciamos, llegar hasta el final fue largo, dimos la vuelta como a 3 esquinas, pero hubiera podido ser peor. Nos hicimos al final de la fila, dispuestos a esperar las doce horas que nos separaban de uno de los mejores grupos de toda la historia, mientras esperábamos, Henry y su mamá fueron a buscar una camisa del grupo, y Henry nunca volvió. LLegaron diciéndonos que había unos amigos nuestros más adelante y que nos estaban esperando. Sin dudarlo seguimos la fila hasta encontrarlos, lo que nos permitió avanzar hasta Compensar, donde esperamos hasta las 5 que la fila avanzó.
Mientras las horas pasaban cada vez más lento, esperabamos hablando y observando todos los metaleros que pasaban, desde botas con suelas que elevaban a una mujer como 15 metros, hasta las flotas que llegaban de yo no sé qué parte del país. Vi varios metaleros de Ecuador y Venezuela que pasaban a nuestro lado. Almorzamos lo que pudimos y a las 3, hora de apertura de las puertas, ya todos estábamos de pie, y mientras la fila avanzaba, Luna llamó y acordamos hacer vaca entre todos para que pudiera ir. Ya el día anterior Henry y yo habíamos intentado cuadrar algo, ya que tenía un palpito que me decía que ella debía ir, pero éramos muy poco, por lo que no se concretó nada hasta el momento en que estuvimos en la fila y reunimos los sesenta mil pesos. También una amiga de nosostros estuvio a punto de no entrar, si no es porque dice, "mi boleta tiene mi nombre" y nos muestra el recibo de reclamo, se hubiera tenido que quedar frente a la puerta sin poder entrar, pero el poder del Metal la salvó de auqella agonía.
Luna y esta chica demoraron un poco en llegar, mientras tanto, la fila avanzaba 3 metros cada viente minutos y la lluvia que había estado a punto de comenzar tantas otras veces se nos vino encima. Felipe se adelantó a ver cómo iba la fila, y terminó colándose y entrando una hora antes que nosotros.
Cuando ya todos estabamos juntos, la fila por fin comenzó a avabzar a un paso medianamente constante. Mientras tanto, nosotros gritábamos Maiden, Maiden. Yo hablaba con Luna para que ella dejara su confusión y después de un tiempo ya Iron Maiden era Iron Maiden y no Marilin Manson. Luego llamó Dereck si no estoy mal, y todos le gritamos al celular MAIDEN, ESTAMOS EN MAIDEN su respuesta era menos que obvia. Nos colgó.
Entramos a la Plaza de Eventos a las 6:30, Introspección ya había acabado y en el silencio siguiente buscamos un puesto. Subimos unas graderías y vimos pasar el helicóptero repetidas veces, y el nombre de la banda resonó una vez más.
Era imposible ver en las graderías, por lo que decidí bajar con otros amigos y quedar frente a la pantalla. Y no volví a ver a Axl, Luna ni Diana.
Cuando las luces se apagaron, unas lágrimas se escurrieron por la mejilla de Germán muerto de la emocio´n, los riffs comenzaron y las luces se prendieron, y Lauren Harris saltó al escenario al mismo tiempo que Germán la madreaba con todas sus fuerzas por haberle emocionado tanto.
Acabó Lauren Harris y nos sentamos, preparándonos para lo que venía. Finalmente, todas las luces se apagaron y el show comenzó.
Primero el cover de Doctor Doctor, luego, imágenes del Tour con Transilvania de fondo, y después, el discurso de Winston Churchill inundó el ambiente, y aunque yo sabía las palabras, no las pude decir porque no oí nada.
Después, tras un breve instante de oscuridad, Iron Maiden entró al escenario que casi no se veía, al ritmo de Aces High, canción coreada por todo el público del principio hasta el final. Luego 2 Minutes To Midnight, ya me estaba quedando sin aire en esos momentos pero no importaba.
Bruce Dickinson comenzó a hablar, casi no pude entender nada, pero las imágenes bastaban. La bandera que el público les dio y que abarcaba toda la longitud del escenario, las alabanzas de Dickinson a la bandera, y luego, tras más ovaciones y un breve Happy Birthday Adrian, Revelations, tema que canté con todas mis fuerzas hasta el último instante, y sin pausa alguna siguió The Trooper, Dickinson se cambió de camisa y cogió la bandera en un tiempo que me pareció inverosímil, pero ahí estaba. Luego, apenas creyéndolo, Wasted Years, tema que, al igual que The Trooper, no me sabía en su totalidad pero usé todas mis energías en cantar lo que sabía. Dickinson volvió a ponerse la camisa y de nuevo no lo pude creer. Y al finalizar Wasted Years, las frases que tendré grabadas por toda la vida "Woe to you, oh Earth and Sea, for the Devil sends us the Beast with wrath, because he knows the time is short, let him who had understanding reckon the Number of the Beast, for it is a human Number, it's Number is 666" esta canción tuvo gran acogida y se acabó sin que nos diéramos cuenta, y luego el coro que hizo que yo amara Maiden y que me hizo sentir con mis amigos escuchando el Best of the Beast, pues el orden era el mismo "Can I PLay With Madness", el head banging era cada vez más violento pero nada importaba, Maiden es Maiden.
Yo estaba agotado a estas alturas del concierto, por suerte vino una canción que, aunque buena, no me pude aprender. Bruce hizo un discurso donde comparaba al Cóndor con el albatros,y siguió hablando un tiempo hasta que el grito "The Rime of the Ancinet Mariner" dio paso a un buen tema que me permitió descansar y admirar lo poco que se veía del escenario desde donde estaba, Bruce para esta canción se puso un gabán y se ubicó por unos instantes en la parte del escenario que yo podía ver. Salté con todas mis fuerzas, sabiendo que aquella mancha era Bruce y gritando, "vi a Bruce Dickinson, de lejos pero lo vi".
Después, unos aullidos de lobo y unos leves golpes hicieron que mi cuerpo se erizara. Henry me preguntó "¿En esta hacemos head banging todos?" y yo le dije "Sí, vea". Y mi cabeza comenzó a moverse de una manera fuerte y brutal, al tiempo que la melodía egipcia se tomaba el Simón y Bruce Dickinson entonaba la lírica del Powerslave con su legendaria máscara puesta, de nuevo Dickinson se ubicó donde yo le podía ver, mis saltos eran cada vez más altos, y ahí estaba una parte del espectáculo que me moría de ver. Bruce Dickinson con su máscara cantando, sólo faltó el Eddie Momia. Toda la energía que logré recuperar en Rime of the Ancient Mariner desapareció en Powerslave enmenos de un minuto, muy buena canción.
Heaven Can Wait, la canción que más de uno esperaba para poder subir a cantar con Harris, fue el siguiente título. Tuvo una interpretación excelente, y los afortunados ganadores subieron a la tarima a cantar, alcancé a ver a unas personas que le extendieron una bandera de Colombia más pequeña a Bruce, pero no supe para qué.
Y después uno de los clásicos de Maiden más conocidos, Run to the Hills, también gritada a todo pulmón por todo el público, e incluso el propio Bruce ya estaba cansado, ya era más sudor que camisa pero aún así entragaba todo de él.
Luego, unos golpes del platillo en la batería y uno de los riffs más esperados de toda la noche. Todos mis compañeros y yo nos abrazamos mientras coreabamos el instrumental de Fear of the Dark, y luego "I am a man who walks alone...", la parte calmada de la canción acabó y el pogo no se hizo esperar, mientras las guitarras ganaban fuerza los golpes eran más contundentes, francamente increíble.
SCREAM FOR ME BOGOTÁ, SCREAM FOR ME BOGOTÁ!!!! gritó Dickinson después, y respondimos como habíamos hecho antes, tal vez yo con más fuerza, pues ahora decía Bogotá en vez de Colombia, y Bogotá era lo que quería oír. THE IRON MAIDEN!!! puntualizó Bruce y el punteo dio su inicio con otro pogo más violento que el anterior, me atrevería a decir. Y entonces, por el lado del escenario que entraba en mi campo de visión, entró el Cyborg Eddie. En ese momento mis brazos cobraron vida propia, me impulsé en los hombros de un calvo que ni idea quién era, y no me importó, lo único que supe fue que vi a Eddie. Que mientras Adrian Smith era nua manchita, Eddie era una manchota increíble, y cuando Eddie siguió caminando, seguí viendo por pantalla. "Thank you, from Iron Maiden, from Eddie, and form the boys" concluyó Dickinson y las luces se apagaron, pero yo ya sabía que hacían. Mientras la gente comenzaba a dirigirse a la salida, aún quedaron unos gritando Maiden, Maiden, y tras 5 minutos de gritos, las luces se prendieron de nuevo, acompañadas por una nueva exclamación. Dickinson entró al escenario, miró alrededor y preguntó sorprendido "Are you still here?", después presentó a todos los miebros de la banda, siendo Murray el último, pues tenía en sus manos la guitarra acústica que da inicio a Moonchild. Tema que me gozé con toda y que fui uno de los pocos en cantarla, brincaba y miraba para todo lado pero veía a todo el mundo admirando las pantallas, se sintió increíble ser el único cantando. Grité con todas mis fuerzas LUCIFER'S MY NAME!!!!
Una introducción de bajo, obviamente interpretada por el genial Steve Harris, dio comienzo a The CLairvoyant, canción que tuvo más acogida entre el público y que pude cantar con más gente, y finalmente: palmadas, introducción de guitarras y la batería de McBrain interpretando Hallowed Be Thy Name, último tema de la noche. Grité con todo lo que quedaba de mí y disfruté hasta que las luces de nuevo se apagaron y emprendí el camino de vuelta a casa.
Una últimas palabras debo decir. Gracias Axl, Charlie y Christian por dejarnos colar, en serio debería hacerles un altar. Que lástima por las personas que no pudieron ir, me acordé de ustedes en algunos momentos del concierto y en serio extrañé su presencia. Pero esta no es la última oportunidad. Bruce prometió que volverían y dijo que necesitarían un lugar más grande para que todos pudiéramos entrar. Esperemos con paciencia el retorno de la Bestia. Mientras, retorna mi humanidad, tengo que esperar a que pasen los dolores de brazos y piernas que no sentí anoche pero que ahora están presentes. Pero de nada me arrepiento, por fui una de las 45.000 almas que tuvo la oportunidad de rendirle culto a la Bestia el 28 de febrero.
viernes, 29 de febrero de 2008
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